Cada año llegan a las tiendas miles de juguetes y juegos nuevos. Incluyen juegos de construcción, juegos de mesa, juguetes educativos, creativos, de motricidad, de imitación y de exterior, disfraces, peluches, muñecas, actividades de ocio creativo e instrumentos musicales. En este entorno tan competitivo, la falsificación y la copia de productos es una gran amenaza para las marcas y los fabricantes. Para reducir estos daños, pueden utilizar una herramienta jurídica esencial: el registro de dibujos y modelos. En este nuevo artículo, explicamos por qué en Chou du Volant protegemos nuestros nuevos juguetes de madera con un registro de diseño.
Es una garantía jurídica que protege el aspecto visual de un objeto. En Chou du Volant, protege cada juguete de madera que creamos. A diferencia de una patente, que protege una invención técnica, un diseño registrado se aplica a elementos estéticos como la forma, los contornos, las líneas y los colores. En cuanto a la propiedad industrial, la apariencia de nuestros juguetes se materializa mediante elementos gráficos bidimensionales, llamados dibujos, o tridimensionales, llamados modelos.
Para que un diseño sea legalmente elegible, debe ser nuevo. No debe haber sido mostrado al público antes de su registro. Además, el objeto debe tener un carácter único y singular que lo distinga de los productos existentes.
La protección que otorga un diseño o modelo se registra en el Institut National de la Propriété Industrielle (INPI). Sólo es válida en Francia. Para obtener protección en toda la Unión Europea, póngase en contacto con la Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea (EUIPO). El plazo de protección es de un mínimo de 5 años, renovable hasta 25 años.
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El diseño de nuestros juguetes de madera es fundamental para nuestra actividad. Para nosotros, es un criterio esencial para diferenciarnos de los miles de juguetes que ya existen en el mercado. Proteger un juguete con un registro de diseño nos garantiza la exclusividad de su apariencia. Esto impide que otros fabricantes de juguetes y juegos comercialicen productos similares. Esto constituye un monopolio de explotación que nos da seguridad.
Nuestros balancines y correpasillos de madera se registraron como modelos en el momento de su lanzamiento al mercado. Tienen características estéticas distintivas, con una forma triangular inmediatamente reconocible que no se encuentra en las tiendas. Nuestras tiendas tipi también han sido objeto de esta protección legal. Tienen una forma de pirámide truncada que no existe actualmente en el mercado.
Este es un problema real en la industria del juguete. Muchas copias ilegales de juegos originales circulan regularmente por el mercado. Además del daño causado a la marca copiada, estas copias suelen ser de calidad inferior. Y, como consecuencia, pueden poner en peligro la seguridad de bebés y niños. Si se comercializa una reproducción de los juguetes Chou du Volant, podemos emprender acciones legales. Podemos exigir la retirada de los productos falsificados y reclamar una indemnización.
Pour Chou du Volant, registrar un diseño es también una prueba de nuestra seriedad y profesionalidad. Refuerza nuestra credibilidad ante nuestros clientes y socios. Al proteger nuestras creaciones, demostramos nuestro compromiso con la innovación y la calidad. Nuestros clientes, como los padres, perciben nuestros juguetes protegidos como únicos, auténticos y dignos de confianza. Esto refuerza nuestra imagen de marca y crea una relación de confianza con ellos. Para nuestros minoristas y socios comerciales, es un signo adicional de seguridad jurídica. Les asegura que estamos tomando las medidas necesarias para proteger nuestros productos, reduciendo así el riesgo de disputas o litigios relacionados con la falsificación. Esta protección jurídica también demuestra que creemos firmemente en nuestros juguetes de madera.
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Es una forma interesante de dar a conocer Chou du Volant. Con nuestros clientes, diferenciándonos de la competencia y ofreciendo juguetes originales. O con otras empresas, generando oportunidades de licencias o colaboraciones que les autoricen a fabricar nuestros juguetes de madera. Todo ello a cambio de una remuneración, conservando nuestros derechos de autor y propiedad sobre el diseño. Por último, los registros de nuestros diseños aumentarán el valor de nuestra empresa, sobre todo en caso de venta o fusión con otra empresa. También pueden atraer a inversores interesados en productos legalmente seguros.
En un mercado del juguete globalizado, los litigios en materia de propiedad intelectual son frecuentes. Un diseño registrado constituye una prueba jurídica clara de la paternidad y la anterioridad de nuestros juguetes. En caso de litigio, nos resultará más fácil demostrar que somos los legítimos creadores y reclamar una indemnización. Si no protegemos nuestros distintos productos, corremos el riesgo de no poder actuar contra un competidor que ofrezca un modelo idéntico o ligeramente modificado al nuestro.
Hoy en día, desarrollar un juguete requiere una inversión importante en términos de creación, diseño, comercialización y venta. No proteger la creación de un modelo nos expone a importantes pérdidas financieras si un competidor lo copia. Por eso es importante protegerse contra la competencia desleal registrando el diseño. Es un seguro que nos permite sacar el máximo partido a nuestras innovaciones.
A diferencia de las patentes, que suelen ser costosas y complejas, el registro de un diseño es un procedimiento relativamente sencillo y asequible. Ofrece una protección rápida, requiere la presentación de menos documentos y se centra únicamente en el aspecto visual. En Francia cuesta unos 100 euros. En la Unión Europea, el coste mínimo ronda los 350 euros.
Para más información: https://www.inpi.fr
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