Decorar el dormitorio de un niño es un paso importante para los futuros padres. Es un espacio, un capullo, donde el pequeño pasará mucho tiempo durmiendo, jugando y creciendo. Hay muchísimas maneras de amueblar y decorar el dormitorio de un bebé. Las posibilidades en cuanto a colores, estilos, materiales y mobiliario son infinitas. Escandinavas, clásicas, modernas, bohemias o ecológicas, por ejemplo. Por supuesto, cada uno tiene su propio estilo. Los gustos y los colores no se discuten. Sin embargo, hay cuatro puntos que deberían ser comunes a todos. Decorar el dormitorio de un niño de forma sana, segura, cómoda y funcional.
Es esencial que la decoración sea saludable para los niños. Los materiales utilizados para el revestimiento de paredes y suelos, los muebles y otros objetos decorativos deben ser perfectamente sanos. Los juegos y juguetes del dormitorio también deben ser sanos. Por desgracia, no siempre es así. La atmósfera del interior del hogar suele estar más contaminada que el aire del exterior.
Algunos materiales decorativos liberan sustancias peligrosas para la salud. Entre ellas están los compuestos volátiles, los ftalatos y los disruptores endocrinos. Son peligrosos y responsables de enfermedades graves, asma y alergias. El hecho de que los bebés y los niños pequeños sean aún más sensibles a ellos hace aún más importante cuidar el interior de sus dormitorios.
Hay que prestar especial atención a la composición de colchones, cunas, camas, suelos, alfombras y moquetas. Los niños pequeños duermen en sus cunas una media de 18 horas al día durante sus primeras semanas de vida. También pasan mucho tiempo en el suelo. A menudo gatean a cuatro patas, se tumban en su alfombra de juegos o se sientan en su sillita hinchable. En cuanto a los colchones, es mejor elegir materiales naturales como el látex, la lana y el algodón. En cuanto al suelo, el parqué macizo o el linóleo auténtico, por ejemplo, son una solución saludable.
Varios elementos reducen los niveles de contaminantes en el dormitorio de un bebé. En camas, armarios, cómodas y otros juguetes, por ejemplo, el plástico debe reducirse al mínimo. También deben evitarse los muebles de aglomerado, que liberan compuestos peligrosos con el tiempo. El MDF, el OSB, la melamina y el laminado indican la presencia de este tipo de madera. En su lugar, conviene utilizar madera natural en la medida de lo posible para los muebles decorativos y los juguetes del dormitorio de tu bebé. La madera maciza es un material sano. Por supuesto, las pinturas y barnices también deben ser saludables.
Al comprar productos nuevos que contengan plástico o aglomerado, hay que tomar algunas precauciones. Deben almacenarse durante varios días en un lugar bien ventilado antes de colocarlos en el dormitorio. Así se reducirá la emisión de sustancias nocivas. A la hora de decorar el dormitorio de un niño, en general, cuantas menos cosas nuevas haya, mejor será la calidad del aire ambiente. No tiene sentido sobrecargarlo con objetos que emiten continuamente compuestos peligrosos. Otra solución es ofrecer muebles de segunda mano. La mayoría de las sustancias peligrosas ya se habrán liberado.
Los dormitorios de los niños deben estar perfectamente diseñados para garantizar su seguridad. Las caídas, la asfixia y la electrocución son los principales accidentes domésticos que se producen. Hay varias cosas que puedes hacer para prevenirlos.
Obviamente, hay que comprar muebles y equipos de juego que cumplan plenamente las normas EN 716 y EN 71. Si no cumplen la normativa, sencillamente no deben ofrecerse.
Los muebles como cómodas, armarios, alacenas y librerías deben fijarse lo antes posible. Algunos niños pequeños pueden subirse a ellos y volcarlos. Para evitarlo, es mejor comprar armarios bajos que estén cerca del suelo. Las papeleras y cajones para la ropa debajo de las camas, por ejemplo, son soluciones muy seguras.
Siguiendo con los muebles, se pueden colocar protectores de esquinas en algunos objetos. Previenen accidentes al evitar que los niños se hagan daño al chocar entre sí. En cuanto a las camas, suele ser útil añadir una barrera de seguridad para evitar que los niños se caigan en mitad de la noche. También existen sistemas de bloqueo de puertas, ventanas y cajones para bebés que evitan que los dedos y otras partes del cuerpo queden atrapados.
Por supuesto, hay que evitar las cortinas con correderas y un cordón para abrirlas y cerrarlas. En su lugar, utiliza cortinas con anillas. Las primeras son peligrosas por el riesgo de estrangulamiento.
También es muy importante tener en cuenta la disposición de los distintos muebles de la habitación. En el dormitorio, no hay que instalar colgantes, lámparas de techo ni móviles para bebés justo encima de la cama. Los padres también deben evitar colocar pequeños muebles o estanterías encima o demasiado cerca de la cuna. Los bebés podrían tener la tentación de agarrarlos, subirse a ellos o volcarlos.
Las cunas, sillas y sillones tampoco deben estar cerca de una ventana. Los niños pequeños siempre son muy creativos cuando se trata de trepar.
En cuanto a lámparas, luces de noche y otros aparatos eléctricos, los cables desenchufados deben mantenerse lo más lejos posible de los enchufes. Es más, los enchufes deben fijarse a la pared con tapas cuando no estén enchufados.
Para decorar bien un dormitorio infantil, también hay que conseguir que sea cómodo para niños, niñas y adultos. Por eso, la elección de los muebles, los objetos decorativos y los materiales debe ser muy cuidadosa. El objetivo es proporcionar la máxima calidez, calma y reducir el estrés.
Los colores suaves son los mejores. El blanco, el beige, el gris claro y los tonos pastel para el papel pintado son relajantes. Estos colores son sinónimo de calma, tranquilidad y serenidad. Favorecen el bienestar. También contribuyen a crear un mundo más luminoso. En cambio, el rojo, el amarillo y el azul deben evitarse o utilizarse en pequeños toques.
La iluminación también contribuye al confort y el bienestar. La luz natural y suave, correctamente colocada, proporciona un gran confort visual. La iluminación con reguladores de intensidad, por ejemplo, es especialmente adecuada. Una luz nocturna también puede ayudar a adormecer y tranquilizar a los niños por la noche. A muchos niños no les gusta quedarse solos en la oscuridad. Por otra parte, una luz demasiado clara o demasiado blanca puede perturbar su sueño y deslumbrarles.
En cuanto a los suelos, las alfombras son los materiales más cómodos y suaves. Son relajantes. Los niños disfrutarán paseando sobre ella, o jugando con un caballito balancín. La moqueta también es un excelente aislante acústico y térmico. Reduce el ruido de los pasos. Aporta calidez a la habitación. Las desventajas de la moqueta, sin embargo, son que es más difícil de limpiar y aumenta el riesgo de alergias.
Otras ideas, para quienes no quieran utilizarla, son los suelos de madera y las baldosas de corcho. Estos dos materiales también son muy cómodos para decorar el dormitorio de un niño. Siempre es muy agradable caminar descalzo sobre un suelo de madera.
Como consejo para los padres, a los niños pequeños también les encantará montar en ellas con juguetes como correpasillos infantiles. Sin embargo, las baldosas son menos cómodas para estos juegos. No es muy acogedor. Para superar estos inconvenientes, añade una o varias colchonetas.
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En cuanto a los muebles, evidentemente hay que evitar los que son demasiado ruidosos. Hay que prestar especial atención a las puertas y cajones. Los ruidos desagradables al abrirse o cerrarse asustarán o sobresaltarán al recién nacido.
Por último, el uso de cojines, peluches suaves, cortinas y visillos en las ventanas dará calidez al ambiente. También garantizarán un mejor descanso nocturno al filtrar el ruido exterior. Añadir accesorios de lana, algodón o terciopelo, o un peluche, dará al dormitorio un toque aún más suave. El nido acogedor perfecto según sus gustos.
Además de los aspectos decorativos, también es fundamental decorar el dormitorio de un niño de forma funcional y práctica. Los adultos necesitan un acceso fácil a la cama y al cambiador. En esta habitación se realizan muchas actividades. Entre el cambio de pañales, acostarse, dar el biberón y el pecho. Tanto de día como de noche. Durante los primeros meses de vida del bebé, las noches suelen ser cortas. Es mejor facilitar las cosas al máximo.
Un cuarto infantil bien organizado necesita muchas soluciones de almacenaje. Por ejemplo, estanterías, cajas de almacenaje y cestas para guardar juguetes, ropa y artículos de primera necesidad. También es posible elegir muebles y decoraciones que puedan evolucionar con el tiempo. Podrás utilizarlos a medida que tu hijo crezca.
Para el suelo, el parqué, el linóleo y las baldosas son más funcionales y fáciles de mantener que la moqueta. Para las paredes, son preferibles el papel pintado lavable y la pintura. También es buena idea colocar un sillón o un sofá pequeño. Sirven para dar el biberón, el pecho y mecer al bebé. Otros consejos para gestionar el desorden. Comprar una caja de almacenaje también te será muy útil. Ordenar será mucho más rápido.
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