El desarrollo psicomotor del bebé se produce paso a paso. Es un momento emocionante para los padres, que no ven la hora de que su bebé empiece a sentarse, a mantener el equilibrio sobre las piernas y a caminar erguido sin ayuda. ¿Qué habilidades motoras adquiere tu bebé en las primeras semanas de vida? ¿A qué edad puede sentarse solo? ¿Y a qué edad pueden caminar erguidos? Todas estas son preguntas que los padres se hacen con frecuencia. He aquí algunas de las respuestas.
Durante las primeras semanas de vida, los recién nacidos sólo pueden tumbarse. Se tumban boca abajo o boca arriba. Boca abajo, se empuja contra el suelo con los dos pies y las piernas. Más adelante, empezará a darse la vuelta. Primero accidentalmente, luego voluntariamente.
La mayoría de los bebés empiezan a sentarse con apoyo entre los 4 y los 7 meses. A esta edad, su control corporal mejora. Los bebés se sientan con más facilidad. Algunos alcanzan esta etapa más tarde, ya que cada niño se desarrolla a su propio ritmo.
La sedestación se adquiere generalmente entre el 6º y el 8º mes de vida. A los 8 meses, el 90% de los bebés saben sentarse sin ayuda. Al principio, se sientan inclinados hacia delante y poco a poco van enderezando el torso. Esto se debe a que su cabeza es pesada en proporción con el resto del cuerpo. Cuando los bebés se sientan, para mantener la cabeza erguida, los músculos del cuello y la espalda deben ser lo bastante fuertes. Por eso es importante evitar sentar a los niños pequeños en sillas demasiado pronto y durante demasiado tiempo. En esta etapa, siempre es importante vigilar de cerca al niño cuando está sentado, ya que aún podría perder el equilibrio y caerse.
Una vez que han adquirido la posición sentada, los niños pequeños utilizan las dos manos de forma diferente. Por ejemplo, pivotan sobre el trasero, gatean o se desplazan a cuatro patas (alrededor de los 8-9 meses). O pueden utilizar los músculos de los brazos para agarrar diversos objetos y juguetes, como su peluche. Y, de paso, mejorar su destreza fina (también conocida como motricidad fina). Esto se hará al ritmo de cada niño.
Una vez dominada esta posición, podrán jugar de nuevas formas. Los bebés pueden jugar sentados o a cuatro patas. De este modo, fortalecen los músculos del cuello, la motricidad gruesa, la coordinación de los movimientos y el sentido del equilibrio. En un juguete balancín, los bebés tendrán que hacer sus propios movimientos con el cuerpo y los brazos, desplazando su peso de delante hacia atrás. Y encontrar el apoyo adecuado con los dos pies para realizar el balanceo. Para evitar caídas. Lo mismo ocurre cuando se sienta en una silla.
Los niños empiezan a ponerse de pie solos hacia los 8-9 meses. Cuando aprenden a andar, deben tener suficiente tono muscular en ambas piernas para sostenerse y mantenerse erguidos. Los bebés también necesitan mantener el equilibrio. Estas son las dos habilidades que necesitan adquirir antes de poder explorar su entorno.
Es una de las etapas más importantes del desarrollo del niño. Generalmente dan sus primeros pasos entre los 10 y los 15 meses. Se mueven con seguridad alrededor del 15º al 16º mes. Hay que señalar que, en realidad, existe una gran variabilidad en la edad de adquisición. Algunos niños son más precoces que otros. Esto está relacionado con las características genéticas. El sexo: las niñas son más precoces que los niños. Los más pesados son más tardíos. El entorno y las interacciones sociales también son importantes. La exposición a juguetes apropiados, el estímulo de los padres y las oportunidades de jugar también afectan al desarrollo motor del niño.
Antes de caminar con soltura, los niños pequeños pasan por varias etapas. Los bebés empiezan por desplazarse lateralmente apoyándose en los muebles con las manos (hacia los 10 meses). A continuación, se pone de pie sin ayuda (hacia los 12 meses) y puede utilizar las manos libremente. Después puede desplazarse solo, pero su marcha aún no es muy segura (hacia los 14 meses). Por último, puede desplazarse con confianza y explorar su entorno a su propio ritmo. De este modo, ganan confianza en sí mismos.
Ahora que los niños han aprendido a andar erguidos, o están aprendiendo a hacerlo, existen nuevas oportunidades de juego. Por ejemplo, el niño puede utilizar objetos de aprendizaje como el correpasillos, el carrito para caminar o el juguete de arrastre. Se estimula de nuevo su desarrollo motor. Mejoran aún más su motricidad gruesa, la coordinación de movimientos y la estabilidad corporal. Los numerosos beneficios de estos juguetes de locomoción están sobradamente demostrados. Así que no dude en regalarlos.
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