Aprender a andar es una etapa importante en el desarrollo del niño. Al igual que las habilidades motrices de gatear, reptar, sentarse y ponerse de pie. Por lo general, los niños pequeños dan sus primeros pasos entre los 10 y los 15 meses de vida. Cuando empiezan a ponerse de pie y a dar sus primeros pasos, los juguetes para andar son una excelente forma de apoyar su desarrollo psicomotor. Entre los juguetes para aprender a andar, hay tres especialmente interesantes. El correpasillos, el carrito andador y el juguete de arrastre. Te hablamos de las cualidades de estos 3 juguetes para la primera edad.
Tienen ruedecitas o ruedas giratorias. Sentado en el sillín, el niño empuja el suelo con ambos pies para desplazarse con total autonomía. Se dirige por sí mismo utilizando un manillar o un volante. Pueden utilizar un correpasillos a partir de los 12 meses, cuando empiezan a caminar erguidos. Tu hijo pequeño jugará con él hasta que tenga unos cuatro años. Después, pueden aprender a montar en otros vehículos pequeños, como bicicletas o triciclos.
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Se trata de un segundo juguete de ayuda para caminar. Permite que los bebés se mantengan en pie, caminen con él y lo dirijan. A menudo se combinan carritos andadores de bebés y correpasillos. La parte trasera del correpasillos suele estar equipada con una barra desmontable. Los carritos están pensados para niños pequeños que son capaces de pasar de estar sentados a estar de pie y dominan la bipedestación.
Es bastante diferente de los dos otros. Consiste en un pequeño objeto con ruedas que los niños pequeños tiran detrás de ellos utilizando una pequeña cuerda. Necesita poder caminar erguido para poder jugar y disfrutarlo al máximo.
Es el cuarto artículo que se compra para los niños pequeños. Los padres piensan que ayudará a su hijo a aprender a andar más deprisa. A diferencia de los tres anteriores, no se trata de un juguete, sino de una pieza de puericultura. Muchos profesionales de la puericultura consideran que el andador es inútil. Creen que es incluso peligroso para su seguridad. Y que no deberían comprarse. No vamos a entrar en eso aquí.
Los correpasillos bebé, los carritos para caminar y los juguetes que se arrastran forman ya parte esencial del entorno de juego del bebé. Estos juguetes son muy apreciados por sus múltiples efectos beneficiosos. Estos tres objetos de aprendizaje temprano estimulan la motricidad gruesa y la coordinación de movimientos. Con ellos, los niños pequeños mejoran su capacidad para caminar erguidos a su propio ritmo. Podrán realizar muchos movimientos nuevos. Tienen que sentarse a horcajadas sobre ellos para subirse y bajarse. También tiene que empujarlos hacia delante con las dos piernas. Tiene que moverlos hacia atrás, cambiar de dirección y levantarlos. Con el carrito bebé y el juguete de arrastre, la variedad de movimientos es algo menor. El bebé los empuja, tira de ellos hacia atrás, tira de ellos y los gira para cambiar de dirección. También fomentan en menor medida la motricidad fina.
Con el carrito andador, además de moverse ellos, los bebés también deben gestionar los movimientos del carrito. No deben dejarse arrastrar por la inercia del carrito. Y correr detrás de él, con el riesgo de caerse. Con el juguete de arrastre, aprenden algo nuevo. Girar la cabeza hacia atrás para observar los movimientos de su juguete, mientras camina. Es una nueva etapa en su desarrollo motor, que les ayuda a adquirir una buena estabilidad.
Al divertirse con ellos, comprenden mejor las distancias entre los distintos elementos de su espacio vital. Tienen que elegir sus trayectorias para evitar golpearse la cabeza y caerse. Estos tres juguetes para bebés son perfectos para explorar y descubrir. Más allá de estos beneficios, también potencian la imaginación y la creatividad, gracias a las múltiples situaciones de juego que ofrecen. También mejoran la confianza en sí mismo.
¿Cuál de los tres debería elegir para ayudar a su hijo a aprender a andar? Es una pregunta que oímos a menudo. Las marcas para bebés ofrecen una amplia gama de productos. Es importante no enfrentarlos entre sí. Proporcionan diferentes experiencias de juego durante las actividades. Refuerzan las habilidades motrices necesarias para que el bebé camine de formas diferentes. Para un niño pequeño, esta compra significará horas de aprendizaje y juego tempranos, divirtiéndose con total seguridad. Además, algunos correpasillos pueden convertirse fácilmente en carritos andadores añadiendo una barra trasera.
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