Los juegos de construcción incluyen ladrillos, bloques para montar, encajar, apilar, plastilina y otros rompecabezas. Son un regalo estupendo para los niños pequeños. Además de ser divertidos, estimulan su imaginación enseñándoles situaciones muy diversas. Te contamos otros muchos beneficios de los juegos y juguetes de construcción para bebés y niños pequeños.
Están formados por diferentes elementos que tú ensamblas a tu gusto, o según un plan de montaje suministrado por el fabricante. Los hay de muchos tipos. Los ladrillos de plástico, de madera como los de Lego, Kapla o Grimm, son las referencias actuales obligadas. Los bloques de colores para montar, los animales para encajar, las figuras apilables y los rompecabezas también son muy populares entre los niños, tanto chicos como chicas.
Con un juego de construcción, los bebés pueden montar y desmontar sin parar para construir formas y objetos. Desde el momento en que son capaces de agarrar con las manos, disfrutan al máximo. Al año de edad, los niños pequeños ya apilan objetos sencillos. A medida que crecen, sus construcciones y montajes son cada vez más elaborados.
Los niños desarrollan su motricidad fina agarrando, manipulando y apilando bloques e insertando las piezas de su juego. Aprenden a utilizar mejor las manos agarrando y soltando cosas deliberadamente. A continuación, utilizarán ambas manos de forma coordinada. Al repetir los movimientos, mejoran su destreza manual y ganan precisión y habilidad en sus gestos con estos juegos. Para desarrollar su motricidad gruesa, los bebés necesitan jugar con otros objetos de aprendizaje. Como un juguete balancín o un correpasillos, por ejemplo.
Esto se llama coordinación mano-ojo. Cuando cogen objetos en un juego, los niños utilizan los ojos para guiar la mano. Tienen que permanecer concentrados de unos segundos a unos minutos en la acción que están realizando. Esto requiere atención y perseverancia. Además de la vista, los juegos de construcción también ayudan a desarrollar otros sentidos del bebé, como el tacto, el olfato y el oído. Tienen texturas, formas, colores y sonidos propios de las piezas de cada juego.
Así como las habilidades de razonamiento, resolución de problemas, memoria y observación. Algunos modelos, por ejemplo, requieren que los niños anticipen, planifiquen y organicen diferentes acciones en orden cronológico para construir, ensamblar o encajar piezas de madera o plástico. Al experimentar con diferentes disposiciones y buscar soluciones para construir estructuras, los niños pequeños desarrollan sus capacidades cognitivas y su pensamiento lógico. Este proceso de aprendizaje es un ejercicio de concentración bastante difícil al principio.
A menudo se necesita mucha paciencia y perseverancia para ensamblar pequeñas piezas y bloques de madera y lograr el objetivo deseado. Los bebés aprenden a perseverar ante los retos y a encontrar soluciones. Esto refuerza su capacidad para superar las dificultades y desarrollar una actitud positiva ante los problemas.
A los niños y niñas pequeños, los juegos de construcción y los bloques les permiten crear e imaginar nuevas estructuras y formas. De este modo, dan vida a sus ideas y crean historias a través de sus construcciones. Despertar y experimentar cosas nuevas en sus jóvenes vidas.
Y en general, del mundo que les rodea. Al manipular las distintas partes de un juego de construcción, se anima a los niños a colocar las piezas unas en relación con otras. Esto les ayuda a comprender conceptos espaciales como el tamaño, la forma, la posición y la orientación de los objetos. Y también delante, detrás, debajo, encima y al lado.
Jugando con ellos, los niños pequeños deciden cómo disponer las distintas piezas para construir otros. Lo harán por sí mismos, por ensayo y error, equivocándose, no acertando. Es una oportunidad para que comprendan que son libres de hacer lo que quieran para montar las distintas piezas de su juguete.
Los niños pequeños comprenderán rápidamente que existe una relación entre las distintas acciones y elecciones que hacen. Cuando apilan bloques de madera para hacer un edificio. Cuando el edificio se derrumba, se dan cuenta de que son responsables de su destrucción. Se dan cuenta, mientras se divierten, de que han ido demasiado deprisa, de que han colocado mal algunas piezas. Entonces corregirán sus acciones y las mejorarán para tener éxito.
Puede ser una actividad colaborativa, en la que el niño interactúa con otros niños o adultos. Esto fomenta el compartir, la comunicación y el trabajo en equipo desde una edad temprana.
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