Cuando compras un juguete, es habitual leer en la descripción frases como «de madera», «juguete de madera Montessori», «madera de calidad» y «madera sostenible». Ya sean muñecas, figuritas, rompecabezas, juguetes educativos o creativos. Juguetes de construcción como bolos, canicas y cubos. O juegos de mesa, de imitación, de motricidad, coches de juguete y otros sonajeros para bebés. Estas descripciones son muy imprecisas. No permiten evaluar la calidad del objeto que se está comprando. ¿Cuáles son las trampas que hay que evitar al leer estas descripciones? ¿Y por qué algunos fabricantes de juguetes y juegos de madera siguen utilizando estos términos imprecisos?
Con demasiada frecuencia, ésta es la única información que dan los fabricantes de juguetes para describir el material que utilizan para sus productos. Al igual que «madera de calidad» o «madera sostenible», es demasiado imprecisa para dar una idea satisfactoria de la calidad de un juguete. Hay varias razones para ello.
En realidad, hay muchos tipos de madera. Cada una tiene características estéticas, mecánicas y ecológicas muy diferentes. Entre las que se utilizan principalmente para fabricar juguetes infantiles están el haya, el roble, el abedul, el álamo, el pino, el bambú y la madera de caucho. El haya y el roble son variedades nobles con cualidades muy superiores a las del pino, por ejemplo. Son maderas duras, fuertes y resistentes, mientras que el pino es más blando, ligero y menos resistente. Por eso es fundamental saber qué variedad se está utilizando.
En segundo lugar, esta expresión no indica el tipo de madera utilizado por el fabricante. Existen tres tipos principales de madera para fabricar juguetes. La madera maciza (también llamada madera en bruto o natural), el contrachapada y el aglomerado. Las tres tienen características muy diferentes. Los dos primeros se utilizan para fabricar juguetes y juegos de alta calidad, duraderos y respetuosos con el medio ambiente, capaces de resistir el manoseo de los niños pequeños. Se conservan bien y los padres disfrutarán pasándolos a sus hermanos.
En cambio, el aglomerado tiene peores cualidades. Además, tiene el gran inconveniente de que libera sustancias peligrosas durante periodos muy largos. Esto supone un riesgo para la salud de los niños, sobre todo los más pequeños, y para el planeta. Además, en nuestra opinión, no tiene mucho sentido conservar y transmitir un juguete de aglomerado. De hecho, este material no transmite los valores estéticos, ecológicos y tranquilizadores de la madera natural. Un juguete de madera maciza siempre será más duradero que uno de aglomerado.
En tercer lugar, el término «juguete de madera» no aporta ninguna información sobre el origen del producto. ¿La madera es local o importada? Cada una de estas dos opciones tiene implicaciones muy diferentes en términos de durabilidad y respeto al medio ambiente. Por ejemplo, el haya y el pino son muy comunes en los bosques franceses y, por tanto, se utilizan mucho en todos los juguetes fabricados en Francia. El abedul está muy extendido en el norte y el este de Europa. Por ello, se utiliza mucho en los juguetes fabricados en estas regiones. El bambú y la madera de caucho son sinónimos de juguetes fabricados en Asia.
Conocer el tipo de madera es importante, porque te da una idea aproximada de la región en la que se fabrica. Y elegir en consecuencia. Es probable que un modelo de bambú, aunque sea ecológico, procedente de Asia sea menos respetuoso con el medio ambiente que un juguete de plástico fabricado en Francia.
En cuarto lugar, el término «juguete de madera» utilizado por sí solo no indica si el material ha sido sometido a algún tratamiento especial, como barnizado o lacado. Es importante saberlo porque algunos tratamientos contienen productos nocivos para los bebés y los niños pequeños.
En quinto lugar, esta descripción tampoco indica la presencia de certificaciones ecológicas. Hoy en día, es esencial saber si la madera utilizada en la fabricación de un juguete tiene certificación ecológica. Las etiquetas FSC y PEFC, por ejemplo, garantizan que procede de bosques gestionados de forma sostenible y responsable.
169 euros
199 euros
Esta expresión también se encuentra habitualmente en las descripciones de juguetes. Esta expresión es un poco más precisa que la anterior. Sólo indica que la madera utilizada es maciza. Al igual que otras, como «juguete de aglomerado» o «juguete de MDF», sólo proporciona información sobre el tipo de madera utilizada. Sin embargo, no da ninguna información sobre el tipo de madera. Tampoco dice de dónde procede, si ha sido certificada o si ha sido sometida a un tratamiento de superficie.
A continuación se presentan algunas descripciones de cómo diseñar correctamente un juguete de madera. Por ejemplo, «juguete de haya maciza», «juguete de pino contrachapado», «juguete de roble natural certificado PEFC». Proporcionan a los clientes información más precisa sobre las características del juguete. Así podrán tomar una decisión mucho más informada. Para divertirse y estimularse con total seguridad.
En Chou du Volant, nuestros juguetes balancin, correpasillos y tiendas de campaña para niños están fabricados con haya maciza certificada PEFC. Procede de bosques franceses gestionados de forma sostenible. Según el modelo, especificamos si se utiliza o no barniz coloreado, para que la madera se pueda ver a través. Nunca utilizamos madera aglomerada para nuestros juegos infantiles.
209 euros
219 euros
Esa es la pregunta que nos hacemos. En nuestra opinión, hay varias razones posibles.
Las marcas de juguetes reducen mucho sus costes de producción utilizando variedades de madera de menor calidad. Utilizando términos imprecisos, pueden evitar hablar de ello. Además, los fabricantes no están obligados a utilizar siempre el mismo tipo de madera para sus productos. Esto les da mayor flexibilidad a la hora de abastecerse. Eligen una variedad de madera o un tipo en función de la disponibilidad y el coste de las materias primas en un momento dado. Lo mismo ocurre con los muebles infantiles.
Los fabricantes pueden cobrar precios más bajos utilizando materiales de menor calidad. Al mismo tiempo, pueden aprovechar la imagen positiva que los clientes tienen de la madera. La madera suele asociarse a productos de calidad fabricados por artesanos locales, en comparación con los juguetes de plástico. Por tanto, atraerán a más compradores. Por otro lado, también pueden aumentar sus precios de venta utilizando madera de baja calidad.
Como ya se ha dicho, existen muchos tipos y variedades de madera. La gran mayoría de la gente sabe poco sobre el tema. Utilizando un término general, una marca de juguetes puede simplificar su argumento de venta. De este modo, evita confundir a sus clientes.
Por último, el uso de términos vagos o ambiguos también forma parte del arsenal de técnicas de lavado verde. Algunas marcas los utilizan para parecer más ecológicas de lo que realmente son. Es importante ser consciente de ello antes de comprar juguetes responsables para tus hijos.
Cuando una descripción dice únicamente «juguete de madera», hay que estar atento y desconfiar. Si el fabricante utilizara madera en bruto, una variedad de calidad, una certificación de origen o ecológica, seguro que lo mencionaría para promocionar su producto. La madera natural tiene demasiadas cualidades como para no mencionarlo. En cambio, si no lo menciona claramente, es porque probablemente su producto no tiene esas cualidades. A una marca no le interesa mencionar que su juguete contiene madera reconstituida. Hasta la fecha, las normas reglamentarias europeas no obligan a los fabricantes de juguetes a indicar la variedad y el tipo de madera que utilizan. Depende de ellos hacerlo. Es una lástima.
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