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Metales pesados en los juguetes infantiles: ¿qué riesgos entrañan?

Metales pesados en los juguetes infantiles: ¿qué riesgos entrañan?

A la hora de elegir juegos y juguetes para niños, la seguridad es una preocupación fundamental. Ya se trate de juegos de construcción, motricidad, imitación, educativos, figuritas o rompecabezas. A pesar del endurecimiento de la normativa europea, muchos de ellos pueden ser peligrosos para la salud de los más pequeños. Contienen sustancias químicas tóxicas. Entre ellas se encuentran los disruptores endocrinos, los ftalatos, el formaldehído, el bisfenol y los metales pesados. Hablamos de los metales pesados en los juguetes infantiles.

 

1. Los metales pesados

¿Qué son?

Se trata de un grupo de 41 elementos químicos. Entre los más conocidos se encuentran el plomo, el antimonio, el mercurio, el cadmio, el arsénico, el níquel, el cromo, el aluminio, el cobre, el selenio, el zinc, el bromo, el manganeso y el estaño.

¿Dónde se encuentran?

Se encuentran principalmente en los plásticos y pinturas de los juguetes infantiles. Permiten darles color. Es el caso, por ejemplo, del plomo, el bario, el selenio y el antimonio. Muchos juguetes y objetos de estimulación presente en el entorno infantil no cumplirían con la normativa. Presentan contenidos superiores a los valores autorizados en Europa.

¿Qué efectos tiene sobre la salud?

Sus efectos en términos de toxicidad varían en función de la edad y el estado fisiológico de las personas. Los bebés son, evidentemente, mucho más sensibles que los adultos. Los efectos también varían en función del elemento metálico y de la cantidad absorbida. En cantidades mínimas, los metales pesados son indispensables para la vida y el buen funcionamiento del cuerpo humano. Es el caso del cobre, el selenio, el manganeso y el zinc. En exceso, suponen un riesgo importante para la salud. Son la causa de numerosas patologías. Enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer, el Parkinson o la esclerosis múltiple. Trastornos del sistema nervioso, de las vías respiratorias, desarrollo de cánceres, irritaciones y fatiga crónica. Sus efectos sobre la salud son el resultado de la exposición por contacto con la piel, por ingestión, consumo por vía oral o por inhalación.

una niña con su juguete

2. Cómo evitar los metales pesados en los juguetes

Elegir juegos y juguetes conformes

Los juegos y juguetes deben cumplir perfectamente con la normativa vigente (2009/48/CE, EN71, REACH). Y deben llevar el marcado CE de conformidad europea. Esta información debe aparecer de forma legible, visible e indeleble en los artículos y en su embalaje plástico. Si no aparece esta marca, no se debe comprar. El marcado CE garantiza que los juguetes y juegos no contienen sustancias tóxicas. Algunas etiquetas de calidad también lo garantizan (como las etiquetas ecológicas).

Todos los juguetes para bebés de Chou du Volant, balancines, bicicletas sin pedales y correpasillos de madera, cumplen perfectamente con la normativa, son saludables y seguros para los niños pequeños. No contienen metales pesados, ftalatos ni disruptores endocrinos. Por regla general, los juguetes fabricados en Francia ofrecen excelentes garantías para los niños. Los fabricantes franceses respetan escrupulosamente la legislación.

No se deben comprar juguetes antiguos

Se debe evitar regalar juguetes y juegos antiguos, vintage, a bebés o niños pequeños, encontrados en mercadillos. Con el uso, liberan lentamente cantidades importantes de sustancias tóxicas. Los bebés son propensos a llevárselos a la boca mientras juegan con ellos. Por ejemplo, muñecas y peluches. Esto es aún más cierto si se tiene en cuenta que estos juguetes antiguos tienen concentraciones de metales pesados muy superiores a las de los que se comercializan actualmente. Simplemente, ya no cumplen con las normas europeas vigentes.

Cabe señalar que algunos juguetes de plástico también pueden contener metales pesados, especialmente si están fabricados con plásticos reciclados.

Hay que evitar todos los juguetes peligrosos

Y hay que dar prioridad a los que presentan menos riesgos para protegerse al máximo de los productos químicos (ftalatos, etc.). Existen guías (por ejemplo, Women Engage for a Common Futures) que nos ayudan a elegir. Permiten identificar qué sustancias tóxicas para el bebé pueden estar presentes en una muñeca, una alfombra de actividades, etc.

Los padres piensan erróneamente que los juguetes de madera para bebés son más seguros que los de plástico. Un juguete de madera aglomerada puede suponer un riesgo para los niños pequeños. De hecho, existen diferentes calidades de madera que conviene conocer bien.

Por último, también hay ciertas reglas que deben respetarse antes de comprar un juguete. Y después. Los niños pueden utilizarlo de forma imprevista.

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