Los juguetes ecológicos gozan actualmente de gran popularidad entre los consumidores. Incluyen juegos educativos, juguetes de construcción, juguetes de imitación, juguetes de exterior, figuritas, muñecas, peluches y rompecabezas. Los compran porque quieren ofrecer a sus hijos materiales de aprendizaje más sanos y ecológicos. Diversas ecoetiquetas y certificaciones garantizan que un juguete es respetuoso con el medio ambiente. He aquí una breve lista de las principales etiquetas ecológicas para juguetes.
Un juguete ecológico tiene un bajo impacto ambiental. Se fabrican con materiales y procesos que no son nocivos ni peligrosos para el planeta. Esto se aplica al diseño, la producción, el uso y la eliminación de residuos. Este impacto suele denominarse huella de carbono.
Los juguetes de madera se fabrican con materiales sostenibles que tienen un bajo impacto ambiental. Las cualidades de los juguetes de madera, por ejemplo, no necesitan más demostración que las de los juguetes de plástico. Sin embargo, los fabricantes deben utilizar madera de buena calidad para producirlos. Un juguete fabricado con aglomerado es obviamente mucho menos respetuoso con el medio ambiente y menos perjudicial para la biodiversidad que uno fabricado con madera maciza.
Deben fabricarse lo más localmente posible, en las inmediaciones de los niños que jugarán con ellos. Al igual que nuestros juguetes balancines, correpasillos y tiendas de campaña. Los juguetes Made in France vendidos en Francia son más respetuosos con el medio ambiente que los procedentes del otro lado del mundo. Recorren menos kilómetros antes de llegar a las manos de los niños franceses.
Los juguetes ecológicos son biodegradables, renovables y reciclables al final de su vida útil. A diferencia de los juguetes de plástico, que no lo son tanto. Para que los bebés y los niños puedan crecer, divertirse y desarrollarse con total seguridad. Los padres suelen confundir los términos juguete ecológico, juguete orgánico o juguete natural. Pero hay diferencias que conviene conocer. Las marcas de juguetes también contribuyen a veces a esta confusión.
Es una marca de identificación que garantiza que un producto o juguete tiene un impacto medioambiental limitado. Se aplica al diseño ecológico, la fabricación, la distribución en tiendas, el uso y el reciclado. Garantiza la ausencia de sustancias peligrosas en los materiales y la pintura. También se tiene en cuenta la mejora de la biodegradabilidad de los objetos y la reducción de los residuos de envases.
La concesión de una etiqueta es una iniciativa voluntaria por parte de una empresa, fabricante o marca de juguetes y juegos. Requiere la intervención de un organismo independiente que comprueba la conformidad del producto, mediante una auditoría interna. Realiza comprobaciones en función de un pliego de condiciones. Una etiqueta ecológica es sinónimo de valor añadido, credibilidad y confianza. Lo demuestra la presencia de un logotipo distintivo en el envase.
La certificación es un proceso caro, que cuesta varios miles de euros al año. Esto significa que no todas las marcas pueden aplicarlo. Por ello, muchos juguetes que se venden en las tiendas no llevan la etiqueta ecológica. Esto no significa en absoluto que no garanticen la protección del medio ambiente. Por ejemplo, muchos juguetes y juegos de madera están hechos a mano y son sostenibles y responsables. Y nuestros juguetes balancines y correpasillos para niños.
209 euros
219 euros
Creada en 1991, certifica que los productos y juguetes son respetuosos con el medio ambiente desde su producción hasta su eliminación. Es el concepto «de la cuna a la tumba». Es una marca de certificación voluntaria. La expide la Asociación Francesa de Normalización (AFNOR) para los fabricantes que se someten voluntariamente a sus normas. Sólo es válida en Francia.
Desde 1992, garantiza que los objetos y juguetes infantiles tienen un impacto medioambiental reducido. Que tienen un ciclo de vida respetuoso desde su producción y uso hasta su futura eliminación. La concede un comité especial de la Comisión Europea. Esta etiqueta está reconocida por todos los países miembros de la Unión Europea. Es una de las etiquetas que suelen llevar los juguetes certificados para niños pequeños.
Certifica que los textiles no contienen sustancias nocivas para la salud, como tintes, metales pesados y pesticidas. Garantiza que el juguete es seguro para los niños y cumple normas sanitarias y medioambientales muy estrictas.
Garantizan a los consumidores que la madera utilizada en juguetes y otros objetos procede de bosques gestionados de forma sostenible. Sin embargo, estas dos etiquetas ecológicas no garantizan la calidad de la madera. Tampoco garantizan la transformación y producción de los productos acabados.
Fue fundada en Alemania en 1954 por médicos y psicólogos. Su objetivo es garantizar la calidad de los juegos y juguetes infantiles. Se someten a pruebas independientes. Spiel Gut evalúa el valor lúdico, el valor educativo, la calidad y la adecuación a la edad de los bebés. Los juguetes que recomienda en su selección están libres de ftalatos, formaldehído, metales pesados y otras sustancias nocivas.
Es una revista comparativa alemana creada en 1985 para orientar a la gente en sus decisiones de compra. Al igual que la revista francesa 60 millions de consommateurs. Oko-Test evalúa y califica periódicamente los productos de consumo cotidiano. Esta revista se centra en los efectos sobre la salud humana y sus consecuencias éticas y medioambientales.
Es sinónimo de seriedad, integridad y exigencia. Denuncia regularmente los productos peligrosos (que contienen ftalatos, formaldehído). Una vez que los productos o juguetes han sido certificados por la revista, los fabricantes pueden solicitar autorización (previo pago) para exhibir el logotipo de Oko-Test en la descripción de sus productos. Esta marca es sinónimo de respeto por la salud humana.
Hoy en día, ofrecer juguetes y juegos ecológicos forma parte de un enfoque más global por parte de los padres. Las etiquetas ecológicas para juguetes contribuyen a ello. Los consumidores también quieren juguetes sostenibles, ecorresponsables y éticos para los regalos de sus hijos. Además de consumir mejor y de forma diferente, quieren y optan por una mayor transparencia en todos los objetos cotidianos, incluidos los destinados a sus hijos. Comprar regalos, juguetes y juegos ecológicos para los niños pequeños debe ser una prioridad siempre que sea posible.
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